Ganas de besarte, de coincidir contigo. De acercarme un poco, y amarrarte en un abrazo, de mirarte a los ojos y decirte bienvenida...
Pero llegamos tarde. Te vi y me viste, nos reconocimos enseguida, pero tarde.
Quizás en otras vidas, quizás en otras muertes.
Que ganas de rozarte, que ganas de tocarte, de acercarme a ti y golpearte con un beso, de fugarnos para siempre, sin daños a terceros...
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