tu trabajo,
tu gente,
con tus puestas de sol,
y tus amaneceres
sembrando tu confianza.
Te dejo junto al mundo,
derrotando imposibles,
seguro sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote a solas,
sin mi pregunta a ciegas,
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas,
pobres y malheridas,
sin mis inmadureces,
sin mi veteranía,
pero tampoco creas
a pie juntillas todo,
no creas, nunca creas,
este falso abandono...
...
[...esperando tus ojos y mirándote.]
Mario Benedetti
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