era la obra
materia acariciada
golpe de arte en el cuerpo carnal.
No hay mucho por hacer porque estás hecho
y es tu culminación que me enamora
rosa que entrega en lluvia su corazón amarillo.
Rotar a tu imagen
dejar que trabajes mi piedra.
Una belleza extraña el cuerpo cuando te deja
esa concentración de música
de muerte.
Por eso amo tu cuerpo con todo lo que ha sido
con lo que deja atrás.
Al fondo del esplendor
en el centro mismo de su divino radio
las figuras rituales brillan como un sol negro
devoran poco a poco la carne milagrosa.
Así te veré siempre, un ídolo de ónix
que muere renace muere
en este hambriento baile
la consagrada unión.
Marion Berguenfeld
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