¿Qué fue de ese poema que no pude atrapar, el que pasó rengueando frente a mí con las alitas rotas?

jueves, octubre 29, 2009

Déjate convencer...

...Una día la vida echará abajo tu puerta. Rendida, acorralada te pedirá cuentas por este fracaso, por haberme mentido. Y no encontrarás al hombre que te ponga a salvo, que el hecho de estar vivo siempre exige algo. Déjate convencer, duerme esta noche conmigo. Que el amor se encuentra antes si se busca. Mira que casualidad si yo fuera tu hombre y la duda de haberte dado luz no te deja dormir nunca. Déjate convencer. Ya habrá alguien que se haga cargo de recoger las culpas de este pecado. A dónde iré, sin este abrazo. No te puedes negar, no sea que nuestro pasado nos llegue a atrapar. Esta noche está en nuestras manos decir alguna verdad que ya, que ya mentimos a diario. Anda, echa un vistazo a tu alrededor, no seas tonta, mira que no hay un alma que llevarse a la boca, que hay que repartir caricias y esta noche me toca. Que yo también comparto los mismos miedos, también busco una cinta para atar el tiempo. También arrastro conmigo una cadena de sueños...




Ismael Serrano

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo es frágil:
tu costumbre de amarme,
mi fe,
el silencio y la vida que duerme
en un vagón de tren.
Tu contrato fugaz,
la memoria,
este hilo de voz,
las quimeras que surcan estrechos
y este corazón
que persigue tu rastro
en la alfombra de la habitación...

Blackbird dijo...

Pero sucede también, que sin saber cómo ni cuándo, algo te eriza la piel y te rescata del naufragio...