Y te condena mi celoso corazón cuando le contás tu historia,
nunca conoció la gloria en cuestiones del amor...
Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz aunque pierda la memoria,
con acercarse a la victoria se conforma un perdedor...
Y te tendré que dejar escapar, sé que lo voy a lamentar,
pero te digo, amor, que hay que saber cuándo parar, cuándo parar...
¡No te pongas triste corazón, que el sol no va a brillar,
quedate tranquila que va a haber tiempo para bailar, para bailar!
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