...Y lo que es peor: una posibilidad menos con vos, conmigo y con cualquier otro.
Porque sería absurdo admitir que es tan fácil hacer realidad esas amenazas de veinte años, de los primeros tiempos de vivas peleas estremecedoras: "Ya vas a ver... le voy a decir que sí al primero que me corteje".
Corteje. Qué gracioso, ahora.
Porque aunque hubiera uno que me "cortejara", igual todo estaría irremisiblemente perdido. Yo te estaría buscando en sus ojos. Estaría aguardándote en sus palabras. Nada serviría.
Mi memoria tenaz no quiere enterrar al hombre que eras.
Te aparecés, avivando la hoguera, y hacés que la esperanza me agite.
Mis lágrimas son un búmeran: apenas si te tocan, pero vuelven a mí y me deshacen. Mi pobre llanto es un búfalo que te embiste, cegado de dolor, de furia, de impaciencia... pero... ¿qué puede un búfalo rabioso contra el aire?
Empleás tu eterna política de "dejar pasar", de "no entrar" en lo que llamás mi neura. "Total, unos días y vuelve a lo de siempre"...
1 comentario:
Siempre pasa con el primer gran amor no?
Es el punto de comparación de todo .
Hasta q llega el gran amor ese q te pega y lo recordas y lo vivis diariamente!!!
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