¿Qué fue de ese poema que no pude atrapar, el que pasó rengueando frente a mí con las alitas rotas?

miércoles, abril 28, 2010

Cuando viniste a mi, cerré la puerta pero abrí.

Asesíname, asesíname.

Por darte lo que dí, me convertí en un souvenir.

Asesíname, asesíname.

Dejé tu imagen en el cajón, guardé tu alma en el mellotron.
No quiero más que me des con
cuentagotas tu amor...


Es sólo rock and roll, pero ya es mucho para vos.

Asesíname, asesíname.

No quiero más que me des con cuentagotas tu amor.

Yo me quiero morir,
no aguanto más estar aquí

Asesíname, asesíname... Asesíname, asesíname...

Gritando por dentro...

lloro todo el tiempo

quiero escapar

DESAPARECER

duele, duele mucho

ESTOY TRISTE

quiero paz

NO SOY PERFECTA

doy todo de mi

¿por qué no me valoran?



NO PUEDO MÁS

martes, abril 27, 2010

De "La Nostalgia"...

...Y lo que es peor: una posibilidad menos con vos, conmigo y con cualquier otro.
Porque sería absurdo admitir que es tan fácil hacer realidad esas amenazas de veinte años, de los primeros tiempos de vivas peleas estremecedoras: "Ya vas a ver... le voy a decir que sí al primero que me corteje".
Corteje. Qué gracioso, ahora.
Porque aunque hubiera uno que me "cortejara", igual todo estaría irremisiblemente perdido. Yo te estaría buscando en sus ojos. Estaría aguardándote en sus palabras. Nada serviría.

Mi memoria tenaz no quiere enterrar al hombre que eras.

Te aparecés, avivando la hoguera, y hacés que la esperanza me agite.

Mis lágrimas son un búmeran: apenas si te tocan, pero vuelven a mí y me deshacen. Mi pobre llanto es un búfalo que te embiste, cegado de dolor, de furia, de impaciencia... pero... ¿qué puede un búfalo rabioso contra el aire?
Empleás tu eterna política de "dejar pasar", de "no entrar" en lo que llamás mi neura. "Total, unos días y vuelve a lo de siempre"...


Fragmento de "Hoy no estoy para nadie" de Poldy Bird.

miércoles, abril 21, 2010

Locuras estivales...

Sólo recuerdo que abrí el cajón de la mesilla y me quedé estupefacto: los objetos que guardo allí estaban celebrando una fiesta y el ruido era ensordecedor. Los tres relojes bailaban salsa en medio del cajón, contorsionándose con movimientos procaces y lujuriosos, mientras la gafa de cerca permanecía tumbada en una hamaca, con un vaso de zumo en la mano, como si estuviese tomando el sol junto a la orilla del mar, que estaba formado por el bicarbonato que avanzaba y retrocedía en tropel, imitando olas. Al fondo, la caja de preservativos estaba abierta, simulando un chiringuito atendido por el prospecto, un papel doblado que se movía también al son de la música. Y allá, a la derecha, una pluma vieja, con la espalda apoyada en la pared y las manos en los bolsillos, susurraba frases coquetas a un mechero al que apenas quedaba gas.

No podía creer cuanto veía. Una cajetilla de cigarrillos se estaba fumando un porro con toda tranquilidad ante la mirada atenta del estuche de los gemelos, que parecía esperear a ver si se lo pasaba alguna vez. Y los sobres de aspirina efervescente, de dos en dos, hacían manitas mientras observaban el voluptuoso baile de los relojes.

El despertador, siempre tan metódico e inalterable, se asomó al borde de la mesa para contemplar también el prodigio que se desarrollaba dentro del cajón. Un libro que reposaba a su lado preguntó qué ocurría allá abajo, y abriéndose por la página 133, se aproximó hasta el borde para descubrir de dónde venía tanto alboroto. Aquella fiesta no tenía visos de acaba y yo, al día siguiente, tenía que madrugar.

Era agosto, la ciudad estaba dormida y por el patio de luces no se veía ni una luz. Seguramente no habría vecinos; todos se habrían ido de vacaciones. Pero yo estaba allí, pasadas las tres de la madrugada, soportando a quienes se divertían sin respetar mi descanso, el mío, que tenía que madrugar al día siguiente para ir a trabajar. Así es que, sin dudarlo, llamé a la policía municipal, les conté lo que sucedía y les pedí que vinieran a cerrar el chiringuito y a poner fin a aquella babilonia.

Con lo que no contaba era con que, en lugar de hacer eso, llegasen unos señores de blanco que me apresaron a mí. Y aquí estoy, en esta sala blanca, acolchada, esperando a que me expliquen qué ocurre y me dejen salir para ir a trabajar a la oficina, que menudo estará el jefe...



Antonio Gómez Rufo




martes, abril 20, 2010

Dos mujeres...


Entraron al local de comidas, como cualquier otra persona, pero ellas no eran cualquiera. Sus peinados, sus vestidos, los tacos aguja y ese maquillaje delicado, pero llamativo, hacían que todos girasen al verlas entrar. Las miradas transformaban el simple caminar de sus pies, en algo muy parecido a un desfile de alta costura.
Una vez dentro del salón de fumadores, decidieron sentarse en una mesita no muy alejada de todos, pero sí, pegada a la ventana, a las dos les gustaba ver los autos andar y las luces que la avenida brindaba a esas horas de la noche.
Se acercó el mozo y les ofreció el menú, recomendándoles la especialidad del día. Ambas asintieron sin prestarle mucha atención y le pidieron el vino de la casa, para dar comienzo a aquella velada.
Llegaron los platos y ambas cerraron los ojos disfrutando el aroma de aquella comida. El tiempo pasaba, la botella bajaba rápidamente, ruidos de cubiertos, risas de mesas vecinas, una musiquita funcional de fondo, y las miradas de ellas cruzándose con cierta complicidad y alguna que otra caricia escondida por debajo de la mesa.
De postre eligieron la copa helada para dos. Saboreaban cada bocado, de vez en cuando, jugaban a darse de comer, de vez en cuando la gente las miraba y quizás ya no con los mismos ojos que al principio.
Al pagar la cuenta, el mozo las invitó a pasar al sector de tragos. Aceptaron sonrientes, la noche recién comenzaba. Ya en la barra, pidieron tragos diferentes para compartir. Los hombres se acercaban, entablaban conversaciones, que terminaban cuando el aburrimiento les llegaba a ellas y decidían cambiar de lugar. Aquellos estaban intrigados por esas dos mujeres, tan interesantes, tan atractivas, tan solas. ¿Solas? No.
Se acomodaron en un gran sillón, de color azul, había una pequeña mesa de vidrio, con velas del mismo color, donde apoyaron sus copas. Se miraron, sonrieron, intercambiaron algunas palabras, se tomaron de la cara y un beso suave unió sus bocas. El movimiento de sus labios era cada vez más intenso. De a poco los murmullos empezaron a aumentar y todos los ojos se posaron en estas dos amantes.
A los empleados del lugar, la situación los incomodó y se vieron obligados a pedirles a las señoritas que terminaran el “show” o se retiraran del lugar. Tal vez por el buen humor que invadía aquella noche, quizás por la ayuda del alcohol, aceptaron gustosas, tomaron su cartera y se fueron del lugar de la mano, no sin antes frenarse en la entrada y besarse apasionadamente para dar fin al espectáculo que los empleados creían ver.



Pocos minutos después una puerta se abría, pocos minutos después un bretel y otro bretel caía por los hombros, pocos minutos después los dedos recorrían los contornos de los cuerpos, pocos minutos después un beso y otro beso...
Pocos segundos después… el éxtasis eterno de dos mujeres amándose.


sábado, abril 17, 2010

YA NO CONTAGIO.

Hace casi una hora llegué a casa... Fui a ver una obra de teatro con una amiga.
Una obra "no comercial" me refiero a que no está sobre la Av. Corrientes, con increíbles carteles y gente "famosa". No. Es más del estilo "Off" o "Teatro independiente"... Donde sí, quizás se juega un poco más con las actuaciones, con la puesta en escena, con el experimento.

Debo confesar que los primeros ¿15/20 minutos? mucho no entendía. Se lo dije en voz bajita a mi amiga y con una risita, me confirmó que ella estaba tan a la deriva como yo.
Muchos juegos de luces, sonidos, movimientos, diálogos colgados que no lograba unir para darle forma a la trama... si es que la había.
Creo que fue cuando apareció el 6to personaje que empecé a ordenar un poco toda esa información que venía acumulando desde que empezó, tal vez porque éste personaje era el más parecido al público, por decirlo de alguna manera, tal vez era el que más empatía generaba y era el que hacía ciertas preguntas que nosotros como espectadores no podíamos hacer. Supongo que el autor/director lo puso intencionalmente, bueno, quizás no.
Si me preguntan de qué se trata, no sé si podría explicarlo con claridad, no es una obra realista, no es una obra absurda, creo que más bien es algo experimental, donde la música, el baile, el erotismo, las palabras, los cuerpos, la tecnología, la droga, las luces, entre otras cosas, están mezcladas o fundidas en esta puesta llamada: "Ya no contagio".
Si la terminé de entender o no, tampoco es algo que podría contestar, a decir verdad, no sé si es un guión como para ENTENDERLO, sino que para verlo... sí, para quedarse con ciertos mensajes, con algunas frases (que si hubiese podido, me copiaba algunas que me gustaron)...
Creo que es una obra que genera debate, la típica que cuando salís, escuchás a todos, opinando de "sobre qué se trataba", opinando cómo les había llegado cada palabra y cada movimiento. Claro, no todos recibimos las cosas de la misma forma, no todos captamos de la misma manera los mensajes, suponiendo que querían dar alguno.
Con mi amiga le dedicamos un largo tiempo al debate, mientras caminabamos las más de 30 cuadras hasta Plaza Italia, en ciertas cosas coincidíamos y en otras quedamos bastante confundidas. Creo que también eso forma parte de lo que quiere dejar la obra, confusión... pensar, analizar... intentarlo.
Capaz que nosotras dos no la entendimos y van ustedes y la cazan al toque... =/

Con respecto a la puesta me encantó!!! y con respecto a las actuaciones, bueno, son jugadas, pero me reservo la opinión...!

Plus (?):

- ¿Qué aprendimos hoy?
- Mmm, no sé... ¿Qué?
- Que no podes ir con tu papá a ver ninguna obra. Corrés el riesgo de que te toque una como ésta.
- Jajaja ¬¬

Aclaración: Si llegaba a ir con mi padre, iba a sentirme un poco incómoda con ciertas escenas lésbicas y "eróticas", jeje!

En fin, yo la recomiendo... sí, vayan y vean!
Luego me dicen qué les pareció y qué es lo que les quedó dando vueltas en la cabeza!!!



Car.






miércoles, abril 14, 2010

Una carta de amor...

Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo porque en el fondo es todo. Como un perro que pasa, una colina, esas cosas de nada, cotidianas, espiga y cabellera y dos terrones, el olor de tu cuerpo, lo que decís de cualquier cosa, conmigo o contra mía, todo eso es tan poco yo lo quiero de vos porque te quiero.
Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia del mañana, que el grito de tu entrega se estrelle en la cara de un jefe de oficina, y que el placer que juntos inventamos sea otro signo de la libertad.



Julio Cortázar


martes, abril 13, 2010

Dónde sea que estés...

Y de repente se me vino a la cabeza la canción "El fantasma" de Árbol... y con él, el recuerdo de una persona que ya no está...
Una persona que decidió irse por sus propios medios a quién sabe dónde...
Fue a mediados del 2005 y justo empezaba a sonar éste tema en las radios y me martillé la cabeza escuchándolo y tratando de entender por qué él había decidio tomar ese camino...
No era alguien que veía seguido, pero justo dio que una semana antes de que cometa esa locura lo había visto y estaba tan feliz como siempre... bueno, evidentemente no estaba feliz, sino que simulaba estarlo...

Era el mejor amigo de mi abuelo... de toda la vida... se llamaba, bah, le decían Quique y obviamente me conocía desde que nací...
No eran más de 5/6 veces que lo veía por año... pero cada vez que se daba ese encuentro, me hacía de bien... sé que había una gran conexión y que me adoraba y que lo adoraba...
Me acuerdo cuando hice mi cumple de 16 (sí, lo hice un año después la gran fiesta...) entregué las velas y decidí que la Nº15 sea para todos los invitados, para todos los que estaban ahí... y lo elegí a él en representación de todos... Se paró emocionado sin poder creerlo y me dio un re abrazo, aún si caer en que para mí él tenía que ser ese gran representante...

Fue el 02/07/2005 cuando me llamó mi prima a mi casa y me dijo: Se suicidó Quique.
Obviamente no le pude creer, me cambié y fui corriendo a la casa de ella... Me lo dijo nuevamente, me dijo que durante la madrugada había sido, eligió las vías del tren... No paramos un segundo de llorar y llorar.

Y así fueron los días siguientes para mí, pensar en eso y llorar nuevamente... Quizás porque siempre amenacé con que me iba a matar "algún día" y que de repente alguien tan cercano lo haya hecho me había chocado el triple... y ahí era donde yo me preguntaba... ¿Fue de débil o fue de valiente lo que hizo?... y aún 5 años después sigo sin encontrar una respuesta firme...
Dos meses después de la tragedia, estando en el viaje de egresados, una noche sin planes, con un grupito del otro colegio decidimos jugar al juego de la copa... Nunca había jugado y pensé que bueno, lo hacíamos para pasar el rato y si bien creo en lo sobre natural, jamás pensé que iba a llegar a tanto... La primer persona o "espíritu" que apareció era mi nona (mi bisnona)... no dijo mucho, le hice algunas preguntas personales para ver si era ella y se fue... la segunda persona fue Quique... no lo podía creer y me puse a llorar, yo era la única que sabía de él, por eso no pude pensar que era un chiste de los otros chicos... Me dio un mensaje para mi nono: "PERDÓN".

Nunca se lo pude decir... hasta que mi mamá un día se lo contó y me enojé, era algo que yo tenía que contar... Es que me resultaba un poco incómodo contárselo, ¿cómo iba a creer que hablé con Quique en el viaje de egresados mediante una copa?... en fin, luego me senté con él y le conté la historia y lloré... Creo que me creyó...
Las navidades nunca me gustaron o desde que dejé de creer en Papá Noel, menos jeje... Ahora no sólo no me gustan, sino que me ponen muy tristes, era una de esas fechas en las que siempre lo veía... y me es inevitable estar ahí en los de mis tíos y no pensar en él... Y lloro de nuevo... cada año desde que no está, lloro, quizás a escondidas, quizás en silencio, para que no empiecen con esas cosas de: "Bueno, él ahora está bien, no llores" y blah blah blah...

Siempre lo pienso... me pregunto si ahora estará mejor, me preguntó si sigue dando vueltas por la tierra por tener cosas pendientes, me pregunto si por mi culpa, por no dar el mensaje a tiempo, tuvo que quedarse dos años vagando por ahí... y claro, me pregunto por qué lo hizo... sé que dejó cartas, pero uno de sus hijos en la desesperación las rompió (por lo menos era lo que yo sabía...)
Creo que nunca voy a tener una respuesta, quizás si existe el más allá, alguna vez me lo encuentre y pueda contestarme todas mis dudas él mismo... capaz a esa altura ya no sea necesario y simplemente el encuentro sea con un gran abrazo y un: TE EXTRAÑÉ.
Me acordé también ahora, que en el 2008 en un ejercicio de actuación, teníamos que cerrar los ojos, ver una puerta, acercarnos, abrir, entrar, sentir arómas que nos recuerden a alguien o a algo, ver un sillón y en él, una persona... me acuerdo que lo vi a él y me acercaba y le preguntaba si ahora estaba bien... y me regalaba una caricia... luego, teníamos que despedirnos, y salir por esa puerta y cerrarla... al abrir los ojos, estaba empapada de lágrimas...
Que loco, no? Uno siempre se pone en egoísta y mira sólo lo que quiere ver y no se da cuenta que tal vez hay mucha gente que ríe y por adentro está llorando... bueno, ahí puede estar una razón por la cual odio a los payasos y me dan como falsos... (otro tema para analizar alguna otra vez).
Daría lo que fuera por volver el tiempo atrás... por darme cuenta que él estaba muy solo... y que nadie escuchaba sus gritos...
Es algo imposible y sólo queda mirar para adelante... recordando todo lo lindo que se vivió con esa persona... y esperar ese reencuentro dónde sea que se de...
A veces creo que va a ser antes de lo que la vida tenga decidido para mi...
A veces tengo muchas ganas de irme con él y mirar a todos desde allá arriba o desde un costadito...
A veces lo deseo con todas las fuerzas...
A veces pienso en lo que podría pasar acá con los que quedan si yo decido hacer lo mismo que él...


¿Pensar en ellos? ¿Pensar en mí?

¿Ser débil? ¿Ser valiente?
¿Vivir? ¿Morir?
¿Intentarlo?
.No sé.



Dejo la cancioncita de Árbol...

"Salgo volando por la ventana, y tantos días quedan atrás. Ya no me duelen todas las cosas que ayer me podían molestar. Son cajones que se cierran para que nadie los vea. Son palabras que no pude decir. Pero ya no me importa, porque nada me toca, y no hay nada vivo dentro de mi. Floto en el aire desde esta tarde, cuando mi cabeza explotó. Ahora el piso es de nubes y me asomo cada tanto a espiarte desde donde estoy. Y veo, y vuelo. Y veo, y vuelo. El barrio se ilumina y la noche se hace día. Brilla como un árbol de navidad. Y estoy alto muy alto, y las luces de los autos que se frenan cada tanto, y vuelven a arrancar. Y veo, a la gente corriendo como una coreografía sin fin. Y vuelo como en una avioneta, el olor a fugazeta que cocina mamá. Y me acuerdo de aquél día en que decías: "Si pudieras ser un pájaro ¿Qué harías...?" Ahora que floto y no siento lo que toco y la gente no me ve pasar. Voy a aprovechar para ir a buscarte, y contarte como es todo por acá. Algunas mañanas pasa la abuela Yolanda y nos vamos juntos a pasear. Y te manda un saludo el marido de Pocha. Que me juega al ajedrez y no le puedo ganar. Y dale para adelante con el pibe de a la vuelta, que a la tarde te pasó a visitar. Yo te sigo esperando, porque nada me apura y algún día todos vienen para aca. Y veo (y veo), y vuelo (y vuelo). Y veo (y veo), y vuelo (y vuelo). Y veo (y veo), y vuelo (y vuelo). Y lloro (y lloro) un poco (un poco)."

domingo, abril 11, 2010

Imaginando un poco...


Estábamos en mi cuarto, habíamos pasado todo el día juntas... Recuerdo que vos estabas recostada en mi cama y yo sentada a un costadito con las piernas cruzadas como indio. No parábamos de hablar y de reír, hasta que por esas cosas de las palabras empezamos a discutir, nunca entendí el por qué y no quiero conocerlo, me alcanza con saber que gracias a esa discusión pasó lo que pasó.
El tono de nuestras voces comenzaba a aumentar, ya no nos escuchábamos, hablábamos una arriba de la otra, hiriéndonos con cada palabra dicha.
Nuestros cuerpos se iban transformando, invadía el ambiente una gran tensión.
Te paraste bruscamente para salir a buscar tus cosas pero antes de llegar al picaporte, te agarré por detrás - podría decir abrazar, pero en sí no fue algo tierno -, vos te movías para soltarte y yo cada vez te sujetaba más fuerte envolviéndote en mis brazos... Me pedías que te suelte y yo susurrándote al oído te decía que te calles, sin querer mis labios rozaron tu oreja y un leve escalofrío invadió tu cuerpo, dejándote dura, al notar eso, seguí lamiéndote y luego bajé al cuello, sin soltarte, siempre detrás.
Te giré y al quedarnos enfrentadas me besaste, tomaste mi cara y la manejaste al ritmos de tus besos...




El resto del relato queda en ella... queda en mi.



viernes, abril 09, 2010

Tu calor...

Tengo frío en los pies, no ves? Vení, enredalos con los tuyos... Contagialos de tu calor...
Nos ves que sigo temblando? Abrazame, pero fuerte fuerte y no me sueltes...
Creo que no se arregla... Tengo la nariz congelada aún... Dale algunos besitos cálidos...
No quiero molestarte, pero dicen que cuanto más cerquita están los cuerpos, más aumenta la temperatura...
Me dejás meter mis manos debajo de tu remera? Como sabrás el clima me obliga a hacerlo...
Puedo decirte algo al oído...? es que no quiero que nadie más que vos lo escuche... Cerrá los ojitos y prestá atención...

"Te mentí... El frío fue sólo una excusa para sentirme protegida por tus brazos... Quería sentir aunque sea por unos minutos que te tengo sólo para mi... Necesitaba oler tu perfume, tu piel... Y ahora te voy a seguir mintiendo... Te voy a decir que tengo los labios morados y que necesitan de los tuyos..."



miércoles, abril 07, 2010

domingo, abril 04, 2010

.Abandonados.



Tocamos la noche con las manos escurriéndonos la oscuridad entre los dedos, sobándola como la piel de una oveja negra.
Nos hemos abandonado al desamor, al desgano de vivir colectando horas en el vacío, en los días que se dejan pasar y se vuelven a repetir, intrascendentes, sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.
Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad, sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas, el hueco de un sacabocados en el pecho, el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.
¿Cómo volver a recapturar el tiempo? ¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia, hacerlo retroceder acobardado por nuestra inquebrantable decisión? Pero... quién sabe si podremos recapturar el momento que perdimos.
Nadie puede predecir el pasado cuando ya quizás no somos los mismos, cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle donde alguna vez pudimos encontrarnos.

Gioconda Belli

viernes, abril 02, 2010