Mientras vibre cada noche entre las lágrimas insomnes,
mientras llueva y nos mojemos como se mojan los besos.
Mientras duelan todavía las penúltimas mentiras,
mientras quepa en el silencio todo el ruido de los sueños,
mientras tanto, amando.
Mientras hieran las distancias con sus puntas afiladas,
mientras sólo nuestros cuerpos sean pasto para el tiempo.
Mientras sigan confundidas nuestras áridas pupilas,
mientras callen las palabras para hacerse necesarias,
mientras tanto, amando.
Luis Eduardo Aute
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