¿Qué fue de ese poema que no pude atrapar, el que pasó rengueando frente a mí con las alitas rotas?

sábado, julio 11, 2009

BESO...


Aquel clavel que abrió tu llamarada,
Aquella inolvidable quemadura,
Aquella doble y única locura,
¡Ay! Maravilla fue, más no será nada.

Recordaré el clamor de tu mirada,
Recordará tu voz mi mordedura,
Más se deshojará mi dentadura,
Sobre el otoño de mi boca helada.

Ese beso me pesa gravemente,
Ha de caer a tierra por mi peso...
Pero puedo y te amo todavía.

Y en los alrededores de mi frente,
Tendrá la maravilla de aquel beso
Su consulado de melancolía.






Javier de Bengoechea.

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